11 octubre, 2015

Mandar indirectas debería estar prohibido

En un tiempo en el que las personas mandan indirectas por Twitter en lugar de ser sinceros unos con otros, me es muy complicado ser yo misma. Realmente complicado.

Resulta que para mantener una amistad viva, hay que hablar a menudo por Whatsapp y darle a like a todas las fotos. Eso de "pasamos semanas o meses sin vernos pero cuando lo hacemos es como si no hubiera pasado el tiempo" ya no vale. O al menos yo no lo veo así. Puedo confirmar testimonios reales de amigos que dicen "es que ya nunca hablas por Whatsapp", dando a entender que así es como se enfrió la amistad.

Tengo miedo de mirar Twitter, porque esta red social nos ha hecho desocializarnos unos de otros, pasando a ser personas de treinta años que se limitan a mandar indirectas porque no tienen la valentía de decir "oye, esto que hiciste/dijiste no me pareció bien". Y qué pasa, que esa indirecta, como ya hemos oído muchas veces decir, es una bomba que salpica a varios que se dan por aludidos, sin saber realmente de qué va el tema, y se sienten atacados y algunos de ellos se sienten incluso mal, preguntándose "¿eso es lo que piensa de mí? ¿y por qué no me lo dice a mí en privado?".

El comunicarse mediante una pantalla nos ha hecho desconfiados. Lo que uno escribe queriendo expresarse de un modo civilizado, otro piensa que ha sido muy borde. Los mensajes se pierden, no llegan completos, y así no entendemos el significado completo de lo que el otro quiere decir. Las palabras se sacan de contexto, se les da el tono incorrecto y se entienden de forma equivocada. Yo puedo escribir en mi grupo de Whatsapp de amigos una aportación que me influye a mí también, pero alguien en concreto cree que estaba aludiendo en concreto a él y a consecuencia viene la indirecta por Twitter que hace sentir mal al que mandó la aportación, y a otros cuantos más que pueden relacionar ese Tweet con algo que ellos dijeron en un momento dado. Y así es como se llenan de mierda las personas.

Hemos llegado hasta tal punto, que me da miedo saludar a mis amigos mediante un mensaje de Whatsapp o un comentario en Facebook, y piensen que les estoy atacando.

Y es que las ironías ya no son entendidas y las palabras inocentes se creen ironías, dándole la vuelta al plato, poniendo todo del revés y concluyendo todo en molestias y enfados tontos que no tienen sentido, creando una cumbre de malentendidos y, claro, teniendo un plato vacío de sinceridad. 


4 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo. Y también pasa que cuanto más intentas explicar lo que quieres decir, más se malinterpreta y acaba todo con un caos tremendo. Me ha encantado tu entrada y en la manera en cómo lo has explicado me siento muy identificada. Por eso te he comenzado a seguir. Nos leemos. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por pasarte, escribirme y seguirme. Me pasaré por tu blog a echar un vistazo. Un saludo :)

      Eliminar
  2. ¡Qué gran verdad! Parece mucho más sencillo escribir a través de una pantalla sin nombrar a nadie, pero con un receptor concreto que hablar las cosas a la cara... y sinceramente me parece muy triste. Creo que la valentía se está perdiendo o más bien la sinceridad. ¡Una gran entrada!

    Un beso ^^

    ResponderEliminar

Críticas y comentarios