07 junio, 2012

Y quema tanto..

  De saberlo de antemano, nunca hubiera dejado que aquellas mariposas empezaran a hacerme cosquillas, porque volvieron a convertirse en gusanos que tomaron el gusto de dar pequeños pinchazos, para después dar duros golpes hasta dar un gran golpe final que acabó quemando, ardiendo en mi interior, que creó una llama que, más débil o más fuerte, aún no he aprendido a apagar, y que sé que cuando logre apagarla, escocerá tanto que seguiré notando esa grave herida en mi interior, esa gran herida que dejaste en mi corazón...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Críticas y comentarios