20 octubre, 2012

Amigos

  Cuando era niña creía que cada conocido agradable era mi amigo, ya fuera niño o adulto.
  En la adolescencia creía que mis amigos lo eran todo. A los 16 me di cuenta de que aún no había encontrado a los míos y a los 17 andaba deambuleando entre unos y otros.
  A los 18 creí haberlos encontrado. Un poco más tarde recuperé a algunos de los que había perdido.
  Hasta día de hoy vivo entre decepciones.
  Me pregunté con cuáles de ellos seguiría manteniendo el contacto de adultos. Me di cuenta que algunos de ellos, más que amigos, eran hermanos. He intentado ayudarles recibiendo a cambio el desprecio. He tratado de ser cercana a ellos aunque éstos no estaban por la labor. He aprendido a diferenciar entre amigos, colegas y amigos por conveniencia. He querido más de la cuenta a aquél amigo que me ha olvidado. He sido muñeca de trapo para unos y he estado en un pedestal para otros.
  Y por fin me he dado cuenta que aquella frase que se suele decir es cierta: que los amigos se cuentan con los dedos de una mano. Y que te sobran dedos, bastantes.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho!!! Los amigos de verdad se cuentan solo con una sola mano ^^
    bss

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Críticas y comentarios