19 septiembre, 2013

Lágrimas Sobre Mi Guitarra - Capítulo 29



Capítulo 29
   Llantos. De nuevo. Mamá dice que yo no fui tan llorona como Luke. Si mi vida no era lo suficientemente caos, ahora lo es más aún. Entre la universidad, el trabajo, mi hermano y Eliot, estoy más que agobiada. Hace dos semanas que no toco la guitarra. Bueno, en realidad solo la cogí aquella noche…
  Eliot y yo estamos en un punto extraño. Steven lleva varios días intentando intervenir entre nosotros, pero es algo que realmente no me apetece. Ni siquiera he tenido tiempo para pensar lo que siento por él. En realidad, bajo todo este ajetreo de las últimas semanas, siempre he estado pensando en Drew al que, por cierto, tampoco veo desde aquel día.
  Esta tarde voy a casa de Kat para despejarme un poco. Es mi día de descanso en el trabajo, así que me lo voy a tomar como relax y alejarme de tanto ruido.

  -¿Qué tal con Steven? –le pregunto una vez ya instalada en su sofá. Kat se tira a mi lado como si estuviera cayendo sobre las nubes.
  -Lo mejor de mi vida –dice con una inmensa sonrisa. Realmente me alegro por ella.
  -¿Recuerdas cuando me decías “yo quiero tirarme a tíos”, “quiero tíos, tíos, tíos”? –digo tratando de imitar su voz.
  -¡Calla! – advierte, riendo- Esa era la antigua Kat. ¿Sabes? Desde que lo vi me gustó, pero no pensé que yo le gustaría a él.
  -¿Por qué no?
  -No soy el tipo de chica que gusta a los chicos, y menos a primera vista.
  -A mí me gustaste –digo en un intento de animarla.
  -Pero tú no eres mi tipo.
  -¿Por qué no? –me hago la ofendida.
  -No me gustan tan rubios y los prefiero con barba. Tampoco me gusta que tengan más tetas que yo.
  -¡Kat! –río al tiempo que me cubro con los brazos mi pecho.
  -Tía, ¡te han crecido! Cuando te conocí eran diferentes –hablar de esto me incomoda pero… somos chicas y es mi amiga, ¡qué más da!
  -Quizá es porque antes vestía diferente.
  -Puede ser –asimila-. Has cambiado mucho en un par de meses. Ayer Eliot me preguntó por ti…
  -¿Qué quería? –digo brusca.
  -Solo me preguntó cómo estabas y también por tu hermano y tu madre.
  -Am. Vale –asiento secamente.
  -¿Qué pasa entre vosotros tres?
  -¿Tres? ¿Qué tres?
  -Eliot, Drew y tú.
  -¿Drew? –vuelvo a preguntar extrañada.
  -Sí. Drew. Él hace por ti lo que Eliot no. Lo del cumpleaños fue precioso. Lo organizó todo. Él dijo qué música poner, qué comida llevar, qué tarta hacer, quiénes teníamos que estar.
  -Vaya… Eliot me dijo que había sido idea de Drew pero no imaginaba que se había tomado tantas molestias. Creía que lo habíais preparado entre todos. ¿Cómo sabrá tantas cosas de mí?
  -Quizá porque tú le has hablado de ti misma sin darte cuenta. O puede que sea muy observador. Pasas con él mucho tiempo, es normal que sepa tantas cosas de ti. Más cosas incluso de las que sabe Eliot.
  -Es que Eliot me “enamoró” muy rápido –hago comillas con mis dedos para hacerle ver el doble sentido de la palabra.
  -Eliot te enamoró con palabrería, pero es Drew el que te está enamorando realmente.
  -¿Yo? ¿De Drew? No…
  -Sí, Ali. Mi duda es por qué no le dejas las cosas claras a Eliot.
  -Es que no sé qué significa Eliot para mí.
  -Creo que sí lo sabes. Y también sabes lo que significa Drew para ti. Pero tienes miedo de que para Drew no sea lo mismo y guardas a Eliot de repuesto.
  Sus pensamientos me hacen reflexionar. Puede que lleve razón. Puede que solo tenga a Eliot porque creo que Drew no siente lo mismo que yo, pero es él quien verdaderamente me importa. Pero está Monique.
  Tengo su dirección. Aún guardo el papelito que me dio Drew. Podría ir, tan solo para echar un vistazo. Sin que ella me vea a mí… en plan espía. ¿En plan espía? ¿Es que acaso soy una acosadora? ¡No! No debería hacer nada así. Tan solo debería dejar que las cosas pasaran por su propio pie.
  -No, Kat –miento. No tengo el valor para enfrentarme a mis propios sentimientos.
  -Está bien –suspira.

  Más tarde, ya fuera de la casa de Kat y a solas, me acerco por la cafetería para ver si está Drew, pero una tarde más, no está. Me lamento porque he traído la guitarra en mi coche intencionadamente, para tocar junto a él.
  Lo extraño. Lo extraño como no extraño a Eliot. Siento su beso en mi frente como no siento los de Eliot en mis labios. Siento el calor de sus brazos aquella noche como no siento el de todos los abrazos de Eliot.
  Me gustaría saber qué es lo que pasa. Incluso me gustaría no haber conocido nunca a Eliot. Hasta desearía que Drew no conociera a Monique… pero soy tan egoísta. Jamás imaginé que una faceta así saldría de mí.
  ¿Qué puedo hacer? No sé dónde vive Drew pero él si sabe dónde puede localizarme, y no lo hace. Podría ir en busca de Eliot. Para aclarar las cosas…
  Subo en mi coche. Me abrocho el cinturón y miro la hora. Son casi las nueve de la noche. Debería volver ya a casa.
  Arranco el coche y durante un momento me quedo pensativa. No me apetece ir a ningún lado. Me apetece estar sola. Pero conduzco mi coche en alguna dirección que no he premeditado.

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