24 enero, 2014

Despedida


  Otra vez, había estado más que decidida de que partir sería formidable, pero otra vez se equivocaba. Los nervios de las despedidas de aquella primera vez, que creía haber afrontado, se volvían a repetir en forma de llanto. Pero entonces era una tristeza diferente, porque conocía con franqueza el auténtico significado de una despedida. Un adiós podía ser frío, cariñoso, ardiente, desinteresado, cotidiano, desolador... un adiós podía ser para volver a encontrarse antes o después o para siempre. Un adiós podía ser sin saber que era un adiós para siempre. Y esa despedida era la que más miedo le daba, una despedida eterna sin saber que lo sería.




2 comentarios:

  1. La verdad es que despedirse de alguien querido sin saber si volverás a ver a esa persona es... algo horrible que no le deseo a nadie.
    Bonita entrada :)
    Un abrazo y necesito ayuda, por fi, pásate por mi blog :3

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  2. Exacto!!!
    Las despedidas casi siempre nos entristecen pero la peor es esa en la que dices adiós, sin saber que sería la última vez...

    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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Críticas y comentarios