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Recuérdame que te quiero, porque se me está olvidando que lo hago y el por qué. Recuérdamelo con los besos que me dabas bajo la luz apagada, con los abrazos en mitad de la multitud y las miradas con el viento como testigo. Recuérdamelo haciéndome rabiar y reír después. Recuérdamelo pensando en alto, gritando en silencio, observándome con los ojos cerrados y tocándome con la mirada.
Recuérdame por qué una vez decidí besarte en mitad de la nada, por qué necesité tus brazos en mis sueños, por qué creí que eres increíble, por qué quise hacerte mío. Tan sólo, recuérdame por qué decidí ser feliz contigo, cuando podría seguir siendo feliz sin ti.
Es cierto... a veces se nos olvida por qué hacemos las cosas. Qué nos empujó a hacerlo la primera vez. Por eso es importante hacer las cosas con la ilusión del principio, o incluso más ;)
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por el comentario que me dejaste en mi entrada anterior!! Aún así, yo seguiré comentando el tuyo regularmente :3