Estoy
sentada en esta sala de mi universidad, escuchando atentamente a una
desconocida que nos explica técnicas para defender nuestra tesis de final de
carrera. Nos invita a levantarnos y presentarnos, quiero hacerlo, pero no me
atrevo. Siempre es igual. Es un miedo escénico que me ha atrapado desde pequeña,
incluso con cosas que domino, pero ahí está. ¿Por qué? No lo sé.
Siempre, antes
de cada intervención en público, me intento convencer a mí misma: no te pongas
nerviosa, lo sabes, lo puedes hacer genial, ¿por qué te pones nerviosa? Son tus
compañeros de clase, ya los conoces, no tiene sentido que tiembles, que sudes,
que dudes, que se te olviden las cosas.
Pero
no hay remedio, vuelve a pasar. Pero, ¿cuál es el miedo? ¿Es el de hacerlo peor
de lo que podría o debería? ¿Qué a los demás no les interese lo que esté
diciendo?
No.
Es el miedo a que los demás te juzguen. El miedo de que en lugar de prestar
atención a tus palabras, estén juzgando tu ropa, tu pelo, tu cara, tus gestos,
tu voz, tu forma de hablar. Es el miedo que una sociedad superficial ha creado,
y si bien nos dicen que no nos tiene que importar lo que los demás piensen de
nosotros, va inculcado en el interior de muchas personas el miedo a las
críticas destructivas.
Porque
sí, hoy en día nos gusta más destruir que construir, nos importa más lo malo de
los demás que lo bueno de uno mismo. Quizá es porque nos sentimos mejor si
tapamos nuestros defectos con los defectos de los demás, creyendo así ser
superiores o simplemente algo mejor que el que tenemos al lado.
Comparamos,
comparamos y comparamos, en lugar de pensar que cada cosa que comparamos tiene
algo peor pero también algo mejor que su contrincante.
Por
eso, aunque de sobra sé que todos esos que me critican sólo lo hacen por cubrir
sus propios defectos, para creerse mejores que los demás o porque es su única
forma de diversión, aún así, sigo teniendo ese miedo, aunque sé que no me
debería importar.
Pero es lo que la sociedad ha construido: personas con miedo a ser juzgadas y personas con miedo a mostrar sus defectos.
Hola: antes de juzgar a nadie tenemos que tener empatía porque cada persona tiene una historia...
ResponderEliminarLlevas toda la razón Marta. Un saludo!
EliminarTe aseguro que lo que te ocurre se cura con los años, no quiero sonar a madre, pero yo era como tú, el papel que tenía en las manos temblaba tanto que el profesor acababa retirándomelo, las personas que tienes delante no forman parte de tu historia,lo que piensen, no va hacer que tu vida cambie, tu escribirás tu propia historia y los personajes que recuerdes no serán ellos, un beso.
ResponderEliminarQué bonito lo que me has dicho, muchas gracias :)
EliminarHola, yo viví de cerca el stress que puede genera la tesis con mi mamá, ya que ella también sentía mucho nervio a la exposición y al público. Nadie más que tu puede terminar con ello, así como te ha dicho 'sembrada de bombillas', debes pensar que tú eres la importante en esas situaciones y no el resto, juzgada vas a ser siempre, por lo que hagas y lo que no, asi que tu decides si quieres vivir esclavizada en aquello.
ResponderEliminarUn beso y te deseo muchisima suerte!
Muchísimas gracias y gracias por tu comentario de ánimo! Un saludo :)
Eliminar''El tamaño de los monstruos dependerá del miedo que les tengas'', me ha encantado esta frase.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en todo lo que has dicho, a mí me pasa igual, cuando tengo que hablar delante de alguien me pongo muy nerviosa por miedo a que me esté juzgando de cualquier forma, aunque piense que es porque tienen que cubrir sus defectos, no lo puedo evitar.
Un besote, guapa.
Llevas razón, un beso y gracias por pasarte :)
EliminarCiertamente me sucedia eso hasta que me dije porque debo de temer la mayoría son mis amigos mis conocidos lo peor que puede pasar es que me equivoque y eso era lo que tenia equivocarme hasta que entendí que es lo mas normal del mundo
ResponderEliminarYo intento hacer como tú. Muchas gracias por tu comentario, un beso :)
EliminarHola!!!
ResponderEliminarBuena entrada, estoy de acuerdo con todo lo que dices, siempre cuesta pero lo mejor es dejar todas nuestras preocupaciones al margen y tener pensamientos positivos sobre nosotros.
Besicos :D
Hola María, gracias por tu comentario, ya me pasé por tu blog y es muy bonito. Un beso :)
EliminarEs muy fácil juzgar y degradar a alguien sin recordar que nadie es perfecto y que todos tenemos defectos . Siempre debemos tratar como deseas ser tratado.
ResponderEliminarExacto, lo mismo pienso yo, pero las personas somos muy hipócritas.. Gracias por pasarte :)
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