Te
quiero. Te quiero. Te quiero. ¡Te quiero! Ni lo he meditado. Simplemente, lo
pensé, lo pensé una vez, y luego otra, y ni me pregunté si era real. Pero hasta
estuve a punto de decírtelo. Entreabrí los labios, cogí aire, la punta de mi
lengua tocó mis dientes, pero el sonido se desvaneció cuando me di cuenta de lo
que estaba a punto de hacer, cuando recordé que no debo cometer errores y que
no debo asustarte. Pero te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Críticas y comentarios