23 enero, 2016

Porque la vida es bella

  Hoy no, no vengo a hablar de amor otra vez, sino de la vida. Porque sí, porque es maravillosa aunque nos la pinten mal. Porque a pesar de que en casa hayamos tenido que apagar los calefactores y sacado las mantas del armario, estamos aquí sentados frente a un ordenador y eso, eso es mucho de agradecer, al menos todavía tenemos un techo en el que cobijarnos. Porque aunque esto pueda ir a peor todavía, podemos reaccionar antes de permitirlo, nada es un caso perdido hasta que uno mismo no lo da como tal y, en esa situación, el caso perdido es uno mismo.
  Porque la vida es maravillosa pero no la sabemos apreciar. Nos quejamos de lo poco que hay que hacer sin saber que hay mil lugares vacíos para visitar. Creemos que lo bonito está allá fuera, en Sevilla, en Barcelona, en París, en Nueva York, pero ni siquiera estamos disponibles a descubrir lo que tenemos al lado.
  Porque ya solo existen las tiendas y las tarjetas de crédito, y no nos acordamos de que también tenemos nuestras manos, un lápiz y un papel para dibujar la más bella dedicatoria. Porque recurrimos antes a un cigarro que a un beso, a una botella de alcohol antes que a un abrazo. Porque utilizamos nuestros dedos más para teclear que para pasar las páginas de un libro. Porque ya no olfateamos ese olor a libro nuevo.
  Porque ya nadie va a regalarte ese CD grabado con sus canciones favoritas, ni tú tampoco lo harás. Porque nadie se presentará en tu puerta con una rosa sin avisar, ni tú tampoco lo harás. Porque valoramos mejor conducir hasta el centro comercial que coger una bicicleta y perdernos en un bosque. Porque no tenemos dinero para salir a cenar con un amigo, pero sí tenemos para el paquete de tabaco y para los cubatas del fin de semana.
  Porque nos quejamos, nos quejamos y nos quejamos, muchas veces sin  tener derecho a hacerlo, y otras muchas sin luchar por eso que reclamamos. Porque siempre queremos más, sin saber que tenemos cosas que no recordamos que tenemos. Porque no pensamos en aquellas personas que es verdad que no tienen nada. Ya ni somos capaces de dar un bocadillo a un necesitado, ni poner un plato de comida a un gato abandonado. 
  Porque tenemos que hacer lo posible por que todo esto cambie, para que la sociedad sea la que queremos que sea, la que debería ser y no es. Porque la vida se ha vuelto así de complicada sin darnos cuenta de que hemos perdido la naturalidad de los momentos, de los regalos, de los encuentros, las relaciones y las conversaciones. 

1 comentario:

  1. ¡Preciosa reflexión! La verdad es que tienes razón, la vida es bella aunque no lo queramos ver o admitir. Yo llegué a la misma conclusión que tú hace tiempo, por eso hoy precisamente he estado pidiendo las direcciones de algunas de ñas amigas que tengo a distancia para mandarles cartitas de verdad por Navidad ^^
    Un abrazo! :33

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Críticas y comentarios