19 enero, 2016

Nuestro talento se escabulló a través de las redes sociales

De pequeña apuntaba maneras... para ser artista. Bailaba, cantaba, daba clases de guitarra, dibujaba, escribía e incluso hacía teatro en el salón de casa. Bajo mis pies estaba la posibilidad de que algunas de esas puertas se abrieran para mí. Sé que lo hacía bien, en más de una ocasión me vi recompensada con premios y con elogios de los adultos, ya fuera un jurado, profesores o mi propia familia.

Poseía una vívida imaginación, que transformaba mis pensamientos en dibujos acompañados por textos que les daban vida. Tenía un don especial para bailar y para tocar la guitarra, todo lo aprendía deprisa y con ganas. Podría haber escogido cualquiera de estos caminos.

Entonces llegó la adolescencia, la época de la infinita necesidad de querer ser mayor e independiente, cuando era más importante tener una tarifa gratis para mandar mensajes a tus amigos que cualquier otra cosa y, así, el móvil pasó a ser uno de mis hobbies principales. Todas mis aficiones que tuve desde pequeña fueron pasando a un segundo plano, a un tercero... hasta que ese plano dejó de existir.

Tras el salto a la adolescencia, llegó el momento en el que tener Internet en casa era prioritario y empezó a llegar a todos los hogares. Luego estaba Messenger, cuando mi cometido primordial era tener el mejor estado, conectarme y desconectarme para que al chico que me gustaba le apareciera el cuadrito de "Inma está en línea", y mandarle zumbidos a mi mejor amiga cuando le decía que me había desconectado y vuelto a conectar mil veces pero Juanito seguía sin hablarme, y ésta no me contestaba.

El paso fatal fue la llegada de Tuenti, un abanico de posibilidades para dejar de tener una vida semi-privada y para saber todo de todos, y Twitter, al que le viene el icono que ni pintado. Un pajarito, sí, me lo ha dicho un pajarito, y resulta que el pajarito somos nosotros mismos piando nuestras penas e indirectas en la dichosa red social. Bueno, después ya nos modernizamos y pasamos a Facebook, porque Tuenti era demasiado cani, pero resulta que con Facebook tenemos menos privacidad aún.

Y qué decir de Whatsapp...

Ahora, el tiempo se me va en ver cómo pían los demás, mientras miro mi muro de Facebook y le contesto a la pregunta de "¿Qué estás pensando?" como si al mundo le interesara realmente lo que estoy pensando, y mientras veo los dos ticks azules en Whatsapp pero me desquicio porque han pasado diez minutos y aún no me ha contestado.

La verdad, es que yo tenía talento, tenía muchas oportunidades abiertas ante mí, solo tenía que escoger una. Pero estoy aquí, sentada en el sofá, escribiendo mi frustración con las redes sociales mientras en mis pestañas tengo abiertos Facebook y Twitter y mientras no puedo evitar echarle un vistazo al móvil cada treinta segundos para ver si tiene la lucecita encendida. Lo peor de todo, es que ya no sé bailar ni tocar la guitarra, ni tampoco dibujar, ya no me gusta el teatro y no tengo talento para escribir.




2 comentarios:

  1. Jolín, espero que lo que has escrito, sobre todo el final, no sea verdad... Bien es cierto que el boom de las redes sociales nos pilló (nos sigue pillando) en una edad muy mala, la adolescencia en la que tenemos un cacao mental de sentimientos y hormonas que flipas, con lo cual es normal dejarnos seducir un poco por el atractivo de las redes sociales, pero también somos ya mayorcitas para establecer unos límites y un orden de prioridades. Seguro que si las dos desconectamos el wi-fi de casa, apagamos todos los cacharros electrónicos y cogemos nuestras respectivas guitarras (sí, yo también intenté tocar la guitarra, pero, a diferencia de ti, se me daba extremadamente mal jajaja pero aún tengo la esperanza de poder tocarla medianamente bien en un futuro) puede salir algo interesante y entretenido. Todo es cuestión de intentarlo y practicar con ilusión. Y, por cierto, lo de pintar y tal no sé, pero escribir te aseguro que escribes muy bien :) ¡Así que ánimo, que nunca es tarde para recobrar esa creatividad y productividad que teníamos antes!
    Un abrazo y pásate cuando quieras :3

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    1. Muchas gracias por pasarte guapa. No te preocupes, es tan solo una exageración, aunque no deja de ser verdad que todas las redes sociales nos quitan mucho tiempo por lo general a la mayoría de las personas. Un beso :)

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Críticas y comentarios