Llantos. De
nuevo. Mamá no deja de quejarse argumentando que yo no fui tan llorona como
Luke. Si mi vida no era lo suficientemente caos, ahora lo es más aún. Entre la
universidad, el trabajo, mi hermano y Eliot, estoy más que agobiada. Hace dos
semanas que no toco la guitarra. Bueno, en realidad solo la cogí la primera
noche.
Eliot y yo
estamos en un punto extraño. Steven lleva varios días intentando intervenir
entre nosotros, pero es algo que realmente no me apetece. Ni siquiera he tenido
tiempo para pensar lo que siento por él. En realidad, bajo todo este ajetreo de
las últimas semanas, siempre he estado pensando en Drew al que, por cierto,
tampoco veo desde aquel día, ni siquiera en la cafetería.
Esta tarde voy
a casa de Kat para despejarme un poco. Es mi día de descanso en el trabajo, así
que me lo voy a tomar como relax y alejarme de tanto ruido.
—¿Qué tal con
Steven? —le pregunto, una vez ya instalada en su sofá. Kat se tira a mi lado
como si estuviera cayendo sobre las nubes.
—Lo mejor de
mi vida —dice con una inmensa sonrisa. Realmente me alegro por ella.
—¿Recuerdas
cuando me decías “yo quiero tirarme a tíos”, “quiero tíos, tíos, tíos”? —digo
tratando de imitar su voz.
—¡Calla! — me
ordena, riendo—. Esa era la antigua Kat. ¿Sabes? Desde que lo vi me gustó, pero
no pensé que yo le gustaría a él.
—¿Por qué no?
—No soy el
tipo de chica que gusta a los chicos, y menos a primera vista.
—A mí me
gustaste —digo en un intento de animarla.
—Pero tú no
eres mi tipo.
—¿Por qué no?
—me hago la ofendida.
—No me gustan
tan rubios y los prefiero con barba. Tampoco me gusta que tengan más tetas que
yo.
—¡Kat! —río al
tiempo que me cubro con los brazos mi pecho.
—Tía, ¡te han
crecido! Cuando te conocí eran diferentes. —Hablar de esto me incomoda pero…
somos chicas y es mi amiga, ¡qué más da!
—Quizá es
porque antes vestía diferente y se notaban menos.
—Puede ser
—asimila—. Has cambiado mucho en un par de meses. Ayer Eliot me preguntó por
ti…
—¿Qué quería?
—pregunto, demasiado brusca.
—Solo me
preguntó cómo estabas y también por tu hermano y tu madre.
—Am. Vale —asiento
secamente.
—¿Qué pasa
entre vosotros tres?
—¿Tres? ¿Qué
tres?
—Eliot, Drew y
tú.
—¿Drew? —vuelvo
a preguntar extrañada.
—Sí. Drew. Él
hace por ti lo que Eliot no. Lo del cumpleaños fue precioso. Lo organizó todo.
Él dijo qué música poner, qué comida llevar, qué tarta hacer, quiénes teníamos
que estar.
—Vaya… Eliot
me dijo que había sido idea de Drew pero no imaginaba que se había tomado
tantas molestias. Creía que lo habíais preparado entre todos. ¿Cómo sabrá
tantas cosas de mí?
—Puede que sea
un psicópata que está obsesionado contigo y te vigila —bromea—. Quizá porque tú
le has hablado de ti misma sin darte cuenta. O puede que sea muy observador.
Pasas con él mucho tiempo, es normal que sepa tantas cosas de ti. Más cosas
incluso de las que sabe Eliot.
—Es que Eliot
me “enamoró” muy rápido —hago comillas con mis dedos para hacerle ver el doble
sentido de la palabra.
—Eliot te
enamoró con palabrería, pero es Drew el que te está enamorando realmente.
—¿Yo? ¿De
Drew? Si apenas lo conozco…
—Sí, Ali. Mi
duda es por qué no le dejas las cosas claras a Eliot.
—Es que no sé
qué significa Eliot para mí.
—Creo que sí
lo sabes. Y también sabes lo que significa Drew para ti. Pero tienes miedo de
que para él no sea lo mismo y guardas a Eliot de repuesto.
Sus presunciones
me hacen reflexionar. Puede que lleve razón. Puede que solo tenga a Eliot
porque creo que Drew no siente lo mismo que yo, pero es él quien verdaderamente
me importa. Pero para Drew está Monique.
Tengo su
dirección. Aún guardo el papelito que me dio Drew. Podría ir, tan solo para
echar un vistazo. Sin que ella me vea a mí… en plan espía. ¿En plan espía? ¿Es
que acaso soy una acosadora? ¡No! No debería hacer nada así. Tan solo debería
dejar que las cosas pasaran por su propio pie.
—No, Kat —miento.
No tengo el valor para enfrentarme a mis propios sentimientos.
—Está bien —suspira.
Más tarde, ya
fuera de la casa de Kat y a solas, me acerco por la cafetería para ver si está
Drew, pero una tarde más, no está. Me lamento porque he traído la guitarra en
mi coche intencionadamente, para tocar junto a él.
Lo extraño. Lo
extraño como no extraño a Eliot. Siento su beso en mi frente como no siento los
de Eliot en mis labios. Siento el calor de sus brazos aquella noche como no
siento el de todos los abrazos de Eliot.
Me gustaría
saber qué es lo que pasa. Incluso me gustaría no haber conocido nunca a Eliot.
Hasta desearía que Drew no conociera a Monique… pero soy tan egoísta. Jamás
imaginé que una faceta así saldría de mí.
¿Qué puedo
hacer? No sé dónde vive Drew pero él si sabe dónde puede localizarme, y no lo
hace. Podría ir en busca de Eliot. Para aclarar las cosas…
Subo en mi
coche. Me abrocho el cinturón y miro la hora. Son casi las nueve de la noche.
Debería volver ya a casa.
Arranco el
coche y durante un momento me quedo pensativa. No me apetece ir a ningún lado. Quiero
estar sola. Pero conduzco mi coche en alguna dirección que no he premeditado.
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